sábado, 31 de marzo de 2012

DISFRAZADOS

CHICAS ME DI CUENTA DE QUE ME LIÓ NUMERANDO LOS CAPS ASI QUE AHORA YA NO IRÁN NUMERADOS!
Y Lali continuó. Recorrió el cuello y el pecho con delicados lametones y provocadores mordiscos, alternando unos y otros en base a los gemidos estrangulados que escapaban de los pulmones de peter; luego subió hasta su boca besándolo apasionadamente a la vez que apoyaba su cuerpo totalmente sobre el de él. Sintió que ambos pezones, los masculinos y los femeninos se erguían, y se olvidó del beso para seguir investigando. peter jadeó quejándose hasta que notó que los dientes incidían sobre sus tetillas, atormentándolas y provocándole tal placer que no pudo evitar mover sus caderas contra el cuerpo posado sobre ellas, buscando al menos un poco de alivio. Lali respondió apretándose contra él, tanto, que notaba en su polla endurecida la humedad acogedora de ella, incluso con la sábana en medio dando por culo.

Lali abandonó los pezones dolorosamente erguidos y se dirigió hacia abajo, al ombligo, peter subió las caderas.

—Pero te quieres estar quieto, así no me puedo concentrar —se quejó sintiendo chispazos en el clítoris; si peter seguía así, acabaría metiéndoselo dentro y su investigación quedaría en suspenso.

—No puedo —jadeó.

— ¿No puedes qué? —preguntó ella meciéndose sobre él... Dios...

—Quedarme quieto.

—Ah... Háblame de ti —dijo ella parando.

— ¿Qué? —el siguió moviendo las caderas.

—Que me hables de ti. —Se separó totalmente a cuatro patas como los gatos, sin dejar que se tocaran en ningún punto.

— ¿Para qué? —se quejó él.

—Para desviar mi atención a otros temas que no sean mi clítoris y mi vagina —contestó sincera.

— ¿Quieres desviar tu atención? —Joder, estaba como una puta cabra.

— ¿Quieres que siga con mi investigación? —preguntó Lali alejándose todavía más de él.

—Mi familia vive en Barcelona, tengo dos padres, un hermano y una hermana.

—Perfecto. Sigue así.

Y peter siguió así. Lali comenzó a recorrer de nuevo los pezones que habían perdido su dureza, cosa que no le complacía en absoluto, mientras él le contaba que su hermano pintaba. Bajó hasta el ombligo y lo recorrió tímidamente con la lengua. Luego se quedó parada y le dio unos golpecitos en las costillas. peter continuó donde se había quedado.

—Mi hermana hacía antes ejercicio, pero lo dejó porque...

Lali continuó con el ombligo, recorriendo con los dedos el vello que lo rodeaba, luego se encontró con el impedimento de la sábana, así que se levantó ligeramente y la quitó de un tirón. peter jadeó y paró de hablar a la vez que su polla endurecida se balanceaba reclamando atención. Lali olvidó por un momento la conversación —si tenía que ser sincera consigo misma, no le estaba haciendo el menor caso—, y recorrió con la punta de los dedos las inmediaciones de la erección. Las caderas masculinas se movieron buscando los dedos y Lali volvió en sí. Frunció el ceño y le golpeó ligeramente las costillas de nuevo.

—Puso un tatami en casa, pero al final lo abandonó a favor del footing...

peter sentía las caricias de ali como si fueran fuego recorriéndole las ingles, bajando por sus piernas en un movimiento tan lánguido que le daban ganas de cogerla entre sus brazos y penetrarla salvajemente. Los dedos se posaron en la parte interna de los muslos para luego alejarse. Abrió los ojos. Ella lo estaba mirando a la vez que se mordía los labios. ¡Dios! ¿Qué estaría planeando? De repente levanto la pierna que tenía colocada a un lado de la cadera masculina y la recolocó, posando entre los muslos la rodilla. peter abrió inmediatamente las piernas, expectante. Ella sonrió, lo miró, frunció el ceño y le golpeó los labios suavemente con el índice. Joder.

—A mi padre le gusta jugar al mus, y casi siempre gana...

Lali sonrió satisfecha, ahora tenía que colocarle más o menos como quería. Se movió hasta quedar arrodillada entre sus muslos, luego le dobló y levantó las rodillas haciendo que se abriera más todavía, dejándolo totalmente expuesto a su mirada. Los testículos se veían más tensos, el glande se hinchaba y enrojecía por momentos a la vez que el líquido preseminal hacía su aparición. Lali deseó probarlo con su lengua pero se contuvo. Recorrió con las yemas de los dedos la ingle procurando no rozar la polla y bajó lentamente dibujando un triángulo que evitaba su escroto. Encontró la zona perineal, esa que él había tocado antes y que a ella le había vuelto loca. Sin dejar de mirarlo, se metió los dedos en la boca y los humedeció.

peter miraba asombrado a la mujer sensual y erótica que tenía entre las piernas, esa gata salvaje no podía ser Lali... o sí, se respondió acordándose de la mamada espectacular que le hizo ayer. La vio llevarse los dedos a la boca y chuparlos ávidamente. Cuando ella levantó la mirada y le frunció el ceño, recordó que había parado de hablar.

—Mi madre asiste a reuniones con su club en las que habla de juguetes eróticos. —Joder... ¿de verdad le había contado eso?

La vio sonreír para a continuación bajar la cabeza. No pudo evitar jadear cuando sintió que le levantaba la bolsa escrotal para luego recorrerle el perineo con los dedos húmedos arriba y abajo, llegando casi hasta el ano para después revertir el recorrido, acercándose hasta los testículos y de nuevo bajar. Repitió el movimiento una y otra vez, lentamente, suavemente, hasta que peter sintió que muslos y nalgas se le endurecían, contrayéndose a la vez que los huevos se tensaban y elevaban ante la inminencia del orgasmo.

Lali sentía el calor en su vagina. Jamás hubiera pensado que dar placer a un hombre podía ser tan excitante, o tal vez fuera que peter era El hombre. La confianza y libertad que le había dado a ella eran como fuego para su libido. Se sentía mojada, abierta y necesitada. Quería sentirlo dentro y que le acariciara el clítoris con esos dedos divinos que tan bien sabían hacerlo. En definitiva, estaba muy pero que muy excitada. Vio el glande amoratado, humedecido y no pudo evitar probarlo aunque eso diera al traste con su investigación sobre las zonas erógenas alternativas del cuerpo masculino. Bajó la cabeza y lamió lentamente el perineo, sintiendo como él se tensaba. Subió poco a poco rodeando la bolsa del escroto para luego abarcarla muy suavemente entre sus labios, azotándola delicadamente con la lengua.

peter jadeó y se agarró a las sábanas usando toda su fuerza de voluntad en la tarea de no moverse. Sintió los labios de Lali comiéndose sus huevos y estuvo a punto de explotar cuando le recorrió el tallo de la polla con la lengua, jugueteando con las abultadas venas que lo recorrían. No pudo evitar arquear la espalda y ofrecer su polla. El ofrecimiento fue contestado con un ligerísimo arañazo, totalmente premeditado, por parte de los dientes de Lali, un recordatorio de que no debía moverse. Se movió. Jadeó cuando ella lo reprendió de nuevo de la misma manera. Joder. Le extasiaba sentir esos delicados y blancos dientes sobre su polla.

Cuando peter se agitó de nuevo, Lali comprendió que lo hacía totalmente aposta; sonrió y recorrió con los dientes todo el pene, de arriba hacia abajo y luego al contrario hasta dar con el glande. Una vez allí, se sintió demasiado excitada como para bajar. Había llegado la hora de probar el líquido lechoso que tan rico sabía.

El primer lametazo en el capullo mandó una descarga eléctrica por todo el cuerpo de peter, el segundo hizo que una presión casi insoportable se instalara en su pelvis. Cuando ella empezó a jugar con el frenillo los testículos se tensaron y dolieron y al sentirla recorrerle la boca de la uretra, abriéndola con la lengua, absorbiendo el poco semen que se escapaba, la temperatura de su cuerpo subió varios grados. Se agarró con fuerza al colchón —Lali no tenía cabecero en su cama—, y gimió alzando las caderas.

—Ponme un condón.

Ella o no le oyó o no le hizo caso, así que a él no le quedó más remedio que bajar las manos y agarrarla del cabello para que levantara la cabeza y dejara de hacer las deliciosas cosas a las que se dedicaba.

—Ponme un condón —gruñó entre jadeos.

— ¿Qué?

—Ponme un condón. Están sobre la mesilla.

— ¿Por qué? —preguntó ella a lo suyo, es decir lamiendo y devorándole la polla. Dios, su piel sabía deliciosa.

—Tienes... veinte segundos... antes de que te folie —los jadeos no le permitían decir la frase sin interrupciones.

— ¿Ahora?

—Diecinueve...

Lali soltó lo que tenía entre manos —con bastante pena por cierto— y cogió la caja de condones.

—Dieciocho... —si se concentraba en los números aguantaría.

Cogió un condón y rasgó la envoltura.

—Diecisiete...

Lo sacó de su envoltorio.

—Dieciséis...

Lo colocó sobre el glande.

—Quince...

Lo deslizó por el pene.

—Catorce...

—Ya está —respondió satisfecha mientras cogía la polla entre sus manos y la acunaba amorosa.

—Trece... a la mierda.

pter se sentó de golpe, la asió por las caderas, la levantó en vilo para luego tumbarla boca arriba en la cama, agarró el tanga, recordó que tenía prohibido romperlo y lo deslizó hacia un lado de la ingle con un gruñido, después se metió dentro de ella de un solo empellón y se quedó quieto. Inmóvil.

— ¡Eh... habías dicho veinte segundos! —se quejó ella moviéndose contra él; Dios, qué sensación tan fabulosa... ¿Por qué no se movía el muy capullo?

—Estate quieta —dijo peter con los dientes apretados a la vez que con una mano le levantaba la camiseta por encima de las deliciosas tetas que tanto ansiaba ver.

—No quiero —contestó Lali sintiendo el calor ascender por su vagina y apretando los músculos internos.

—Para. —peter se dejó caer sobre ella manteniéndola inmóvil con el peso de su cuerpo.

— ¡Pues vaya! Tantas prisas para luego... nada —bufó Lali—. Me estás asfixiando.

—Joder. —Estaba al borde del orgasmo, un solo empujón y se correría. Y no quería eso, inmóvil dentro de Lali se apoyó en un codo para liberarla de su peso.

—Si te mueves, me tumbo sobre ti otra vez. ¿Entendido? —Si se movía no podría controlarse.

—A sus órdenes, mi general —contestó ella contrayendo la vagina, buscando más calor.

peter puso una mano entre sus cuerpos y buscó el clítoris; cuando lo encontró fue recompensado con un gemido. Perfecto. Tenía que distraerla, hacer que dejara de abrasarlo con las contracciones de la vagina. Comenzó a acariciárselo, introduciendo un dedo en su vagina, pegándolo a su polla y humedeciéndolo. Lali jadeó, él volvió al clítoris y lo rodeó, lo apretó, lo masajeó; ella contrajo la vagina, él empezó a multiplicar por siete. No había forma... cuando Lali empezó a respirar agitadamente haciendo que sus pechos de irguieran con los pezones duros como piedras coronándolos, peter se olvidó de la tabla del siete, de ir lento y de todo. Agarró el pie de Lali, lo colocó con el talón en su hombro haciendo presión, abriéndola más todavía, permitiendo una penetración más profunda. Clavó las manos en el colchón a ambos lados de la cabeza de Lali, debía sostenerse sobre ella para no cargarla con su peso. Fue su último pensamiento coherente. Embistió con fuerza, con un ritmo primitivo que solo sabía de placer y posesión, hundiéndose hasta tocar el fondo de la vagina y presionando contra ella para ir más allá. Los embates eran tan fuertes que Lali acabó apretando las manos contra la pared para evitar darse con la cabeza en ella. El orgasmo fue demoledor, los cuerpos ardieron, temblaron, dejaron de respirar y se desplomaron. peter recordó hacerse a un lado para no aplastarla en el último momento... no le gustaría asfixiarla si perdía el conocimiento, cosa que casi, casi había ocurrido.

22 comentarios:

  1. como lali lo asia desiar al pobre de peter jajaj

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  2. el disfrute que le hace lali sentir a peter creo que ninguna se lo a echo

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  3. masssssssssssssssssssssssss

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  4. peter me moria que el pobre ya queria partirla en dos y ella que le desia que no se moviera y para el fue duro jajajaj no sabes como goso con la novela

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  5. otro otro otro otro
    porfavor porfavor

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  6. capitulonnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn segui asi

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  7. subi mas siempre me dejas con ganas de mas sos una genia te admiro mucho me encanta como escribis hasta luego

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  8. ay estos dos son super zarpaditos no se cansan de demostrarse lo que se gustan pero me encanta la forma como difrutan los dos jajajaaj

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  9. Me encanta!!!! Mas!!!!!

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  10. quiero un peter asi de zarpado y que no se cansa de tener sexo jajajajaaja

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  11. hot hot me re encanto todo

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  12. Para ser la primera vez k Lali explora ,las zonas erogenas d un hombre,parecia bastante experta,pobre Peter todo lo padecio sin poder hacer nada, hasta llegar al orgasmo.

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  13. me re encanto el capitulo

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