67.
Su cabeza osciló
de arriba abajo y se alzó lentamente como si fuera demasiado pesada para
levantarla. Tenía los ojos inyectados en sangre y el rostro peligrosamente
pálido. Con cada hora que pasaba se parecía más a una persona que estaba
pasando a la otra vida.
No había probado
bocado desde el día anterior y tenía las mejillas cada vez más hundidas. La
barba había vuelto a ensombrecer su mandíbula, pero esa mañana se había negado
a dejarse afeitar por la joven. Las alucinaciones afloraban cada vez que ella
se le acercaba con la navaja. ¿Cómo no se le había ocurrido hacerla
desaparecer?
—Por favor, peter,
baja eso.
Él dio unos
golpecitos con la navaja contra su muñeca, y ella notó que al parecer llevaba
un tiempo haciéndolo, pues tenía diminutos cortes en el antebrazo.
—Él nos hacía
sepultarlos debajo del árbol —dijo, balanceándose de acá para allá, con un deje
de acento cockney[1]—.
Le dije que no podíamos hacer eso. No estaba bien. Ellos necesitaban que los
sepultáramos como Dios manda.
—¿Quiénes, peter?
—preguntó lali con suavidad mientras deslizaba los pies hasta el suelo—. ¿A
quiénes sepultasteis bajo el árbol?
Él se cubrió los
ojos con la mano y un gemido de angustia retumbó desde lo más profundo.
—A los bebés
—respondió con voz estrangulada—. Él dijo que no podía costear ningún entierro
y que el polvo volvía al polvo.
La desesperación
atenazaba la garganta de lali.
—¿Hablas de los
bebés de tu madre que nacieron muertos? ¿Vuestro padre os hacía sepultarlos
bajo un árbol?
Él asintió con la
cabeza.
—A mí, y a veces
a mi hermano Dorian, pero yo no quería que Dorian viera eso, así que lo hacía
volverse de espaldas. —Lanzó algo parecido a la risa, que luego se transformó
en un sollozo—. Yo robé agua bendita de la iglesia de Bluegate para derramarla
sobre sus tumbas. —Le lanzó una mirada atormentada—. ¿Crees que eso fue un
pecado, lo de robar el agua bendita?
—No, amor mío
—murmuró la joven, sacudiendo la cabeza—. Hiciste lo que era mejor para ellos.
—Esperé que el
párroco entrara al confesionario —dijo él, sus palabras una confesión en sí
mismas—. Entonces metí el agua en una botella y salí corriendo. —Sostuvo en
alto la hoja, haciéndola girar en dirección a la luz—. No sabía ninguna
plegaria, así que inventé una.
—Fuiste un buen
hermano —le dijo ella dulcemente, mientras se acercaba a él con cautela, con la
vista fija en la mano que sostenía la navaja.
—Un buen hermano
—repitió él con voz desgarrada—. Aquel árbol ya no estaba allí cuando regresé
de la India. Todo había sido demolido, como mi vida. —De repente su mirada se
clavó en la de lali y la hoja del cuchillo cortó el aire cuando lo levantó de
golpe hacia ella (a escasos treinta centímetros de distancia de él) la punta
directamente entre sus pechos.
—¿Dónde están mis
hermanos?
Con el cuerpo
temblando como una hoja, lali alargó la mano y con suavidad cerró los dedos
sobre la muñeca de él, bajándole la mano.
—Los
encontraremos —dijo ella, dándole la vuelta a la mano para aflojar con cuidado
los dedos que apretaban el mango.
peter la
observaba, el aire vibrante con la amenaza de una tragedia, hasta que
finalmente el aflojó la presión y ella deslizó la navaja fuera de su mano.
Una oleada de
alivio la invadió y cerró los ojos, con el corazón latiendo como el de un
colibrí. Hasta ese momento no se había dado cuenta de cuánto tiempo había
pasado reteniendo el aliento.
—No me dejes
—imploró peter en un susurro perturbador, sus dedos moviéndose lentamente por
una de las mejillas de ella.
—No lo haré
—prometió lali suavemente, promesa que brotaba desde el fondo de su corazón.
Casi ocho días
fueron necesarios para que la droga abandonara el organismo de peter.
Hubo momentos en
que estuvieron a punto de ser vencidos, cuando los temblores y el delirio se
hacían tan terribles que lali llegó a pensar que peter, que parecía estar al
borde de la locura, se desintegraría. Otras veces, él rompía a llorar,
hundiéndose en abismos internos tan insondables que ella temía que pudiera no
resurgir jamás.
Ahora, mientras
él dormía por primera vez sin pesadillas, lali contemplaba el amanecer de su
noveno día en cautiverio. Por lo menos sabía que lo peor ya había pasado. Lo
que no sabía era qué sería de ellos. Y quizás eso (más que cualquier otra cosa)
era su mayor temor.
peter le había
hecho imposible albergar cualquier resentimiento hacia él, con sus confesiones
de medianoche en las que, con desgarradores detalles, pintaba vividas imágenes
de su juventud, de los hermanos y hermanas que había amado y perdido. De los
días en que había pensado en acabar con todo el sufrimiento.
Hubo momentos en
los que lali había deseado taparse los oídos y no oír ni una sola palabra
dolorosa más, pensar sólo en el hermano que ella había perdido a manos del
hombre que ella había llegado a amar.
Sí, lo amaba. Lo
amaba con toda el alma, aunque sólo lo admitía para sí en momentos tranquilos,
como éste. Él se había deslizado dentro de su corazón y había derribado todas
las barreras que la joven había levantado para salvarse ella misma de la
desesperación.
Un golpe en la
puerta la arrancó de sus pensamientos. Volviendo la cabeza dijo en voz baja:
—Adelante.
De pie en el
umbral estaba Tahj con la bandeja del desayuno. Se le veía diferente, parecía
estar en paz, de un modo muy parecido a peter. La joven y el monje se
comunicaron en silencio, no hacían falta las palabras entre ellos mientras él
caminaba lenta y sigilosamente hacia la mesa, con los pies calzados con
sandalias, y disponía allí el contenido de la bandeja.
Cuando él se
volvió a mirarla de frente, con las manos entrelazadas delante en pacífico
gesto y una expresión solemne en los ojos oscuros, lali supo que no volvería a
verlo.
—Tú, pedazo de...
—dijo una voz débil desde la cama, haciendo que ambos se volvieran para
encontrarse con peter sentado, con el cabello revuelto y los párpados hinchados
pero con una mirada límpida y directa por primera vez en mucho tiempo.
—Veo que no has
perdido tu capacidad de expresión, vajra —murmuró Tahj en tono irónico—.
Y si me lo permites, debo decir que tu aspecto recuerda una enorme pila de
estiércol de camello.
Una sonrisa pugnaba
por curvar las comisuras de los labios de peter y finalmente el sonido profundo
e intenso de su risa retumbó al brotar del pecho. Era maravilloso oírle reír.
—Sí, ¿verdad?
Pero me siento estupendamente bien. —Miró a lali, con expresión tierna—. ¿Crees
que estarías dispuesta a afeitarme otra vez?
Ella se cruzó de
brazos y dijo en tono estricto:
—Tú tienes dos
manos.
Él sacudió la
cabeza con un brillo divertido en los ojos.
—No vas a dejarme hacerme
el inválido en absoluto, ¿verdad?
—No.
Lanzó un suspiro.
—Bueno, supongo
que debería levantarme y hacer algo para empezar a parecer un ser humano otra
vez.
Apartando las
mantas balanceó las piernas hacia un costado de la cama. El impacto de su
presencia deslumbró como la primera vez los sentidos de lali, que absorbía con
la mirada cada centímetro de ese cuerpo que alargó la mano hacia sus pantalones
y luego caminó hacia la mesa.
Aunque había
perdido peso, su aspecto continuaba siendo extraordinariamente viril y los
músculos sobresalían en marcado relieve en el cuerpo más delgado. La avidez con
que le había hecho el amor durante los días de confinamiento hizo brotar un
doloroso anhelo en el interior de la joven.
¿Qué sucedería
ahora que él se había recuperado? La vida que ella había deseado hasta hacía
sólo unos pocos meses ya no bastaba para suplir lo que le faltaba internamente.
—Debo despedirme.
Con una humeante
taza de café entre las manos, peter miró a Tahj con el ceño fruncido:
—¿Qué dijiste?
—Me marcho. Es
hora de que me vaya.
—¿Irte? —peter se
volvió hacia su amigo y compañero de tanto tiempo, con expresión incrédula—.
Pero ya me he acostumbrado a tu irritante presencia. No puedes marcharte ahora.
68.
—Ya no me
necesitas.
lali lamentaba la
partida. Entre los dos hombres había un vínculo especial. Si ese lazo se
cortaba, la joven temía que peter se sintiera a la deriva.
—¿Entonces
te vas así, sin más? —Asentó con violencia la taza sobre la mesa y un poco del
café se derramó—. Pues bien, márchate entonces. Vete al demonio.
—Vas
a estar bien sin mí.
En cierta forma,
Tahj había sido un bastón para peter, ayudándole a capear los temporales. Ahora
que para peter habían empezado mejores tiempos, Tahj no iba a darle una excusa
para volver a caer.
Apoyó una mano en
el hombre de peter, cruzando la barrera entre mentor y discípulo:
—Has encontrado
tu verdadera senda, amigo mío. Ahora debes recorrerla solo. Nunca estaré lejos
si me necesitas, pero dudo que sea así —añadió con una mirada en dirección a lali—.
Adiós dulce ángel de la noche —le dijo a ella haciendo una reverencia, y luego
volvió a mirar a Lucien—. Adiós, vajra. Que tu vida sea una de muchas
bendiciones.
Volviéndose en
silencio, Tahj desapareció por la puerta.
Lucien caminó
hasta el umbral y apoyó las palmas sobre la jamba, con la cabeza inclinada. lali,
de pie detrás de él, lo tomó de los brazos y apretó la mejilla contra su
espalda. El sonido apagado de la puerta principal que se abrió y se cerró flotó
hasta ellos cruzando el corredor.
—Se fue —dijo peter
con voz vacía—. Finalmente logré ahuyentarlo de mi vida.
Con un suave
ademán Fancy lo hizo volverse hacia ella.
—Tú no lo
ahuyentaste de tu vida. Tú has encontrado tu vida. ¿No lo ves? Por eso se
marchó.
Él le cogió la
muñeca, siguiendo suavemente el recorrido de una vena con el pulgar.
—¿Qué he
encontrado, lali? ¿Qué es lo que me aguarda? ¿Tú lo sabes? Porque te aseguro
que yo no lo sé. Todos estos años creí que lo había perdido todo. Me llené de
ira a causa de lo que me había sido negado. Y ahora descubro que todas las
cosas que intenté dejar en el pasado, las cosas que traté de olvidar siguen
ahí. Aún estoy solo.
Lali entrelazó sus dedos con los de él, tomándole
la mano.
—No estás solo.
—Nunca estaré
curado del todo, sabes... Creo que la necesidad siempre va a estar latente en
mí. Tengo miedo de lo que pueda suceder si no soy capaz de controlarla.
—No nos
adelantemos a los hechos.
La miró fijamente
con ojos que recordaban al turbulento mar de Cornualles.
—¿Por qué, lali?
Podrías tener el hombre que desearas. ¿Por qué querrías estar conmigo?
En ese momento la
respuesta se le apareció a lali en toda su claridad.
—Siempre creí que
reconocería instantáneamente al hombre de mi vida y que sería capaz de
catalogar todas las razones por las cuales lo amaba. Me imaginaba una especie
de cuento de hadas. Pero las cosas no resultaron así.
peter cerró los
ojos ante su confesión y dejó caer sus manos, soltando las de lali.
—Lo siento.
Capturando una de
las manos, la joven la sostuvo contra la mejilla de ella.
—Yo no. Pensé que
nunca sería capaz de perdonarte por lo de nico. Tal vez creía que no debía
hacerlo. Pero cuando vino Tahj a decirme que estabas mal, supe que tenía que ir
hacia ti. Nada más me importó. Y durante estos últimos días me di cuenta de qué
era lo que en verdad estaba sintiendo, que la necesidad de estar contigo era
amor, un amor fuerte y firme.
Dándole la vuelta
a la mano, ella le besó la palma.
—Lo que quiero es
algo genuino,peter. El corazón me da un vuelco cada vez que te veo. —Ella apoyó
la mano de él sobre su corazón, dejándole sentir la marea de emociones que la
inundaba cada vez que estaban juntos—. Mi hermano tenía mucha más visión de lo
que yo jamás había imaginado. Él te envió hasta mí.
—lali... —susurró
peter con voz anhelante, inclinándose para besarla, dejando salir todas sus
emociones mientras la apretaba fuerte contra él, rodeándola con sus brazos.
El amor sería el
lazo que los mantendría unidos en la calma y en la tempestad.
Víspera de Navidad
Las luces de Cornualles brillaban sobre
el mar nocturno coronado de espuma, esparciendo estrellas doradas a través de
la superficie de cristal y reflejándose en los relucientes ventanales recién
lavados de Moor's End.
lali se rodeó el
cuerpo con los brazos, sintiendo una felicidad sublime al estar de pie allí
donde generaciones de Esposito Herrera habían contemplado su trozo de cielo.
Una vez que se
hubo entregado sin reservas al amor que sentía por peter, éste no había perdido
el tiempo; obtuvo un permiso especial para casarse con ella el mismo día que
consiguieron su liberación del confinamiento en la habitación de él.
Desde entonces, peter
le había demostrado su amor de mil maneras. La había llevado a vivir a
Cornualles. Se había enterado de la deuda que pesaba sobre Moor's End y la
había pagado en secreto, entregándole el título de propiedad de la casa el
mismo día en que la había cargado para cruzar el umbral. En cierto sentido la
había hecho renacer, renovando la esperanza que alguna vez ella había creído
perdida para siempre.
La invadió una
oleada de expectación al verlo mantener en equilibrio una brazada de leña para
la chimenea y la imagen de él haciéndole el amor junto al fuego, como casi
todas las noches de esa semana, hizo que las mariposas danzaran en su estómago.
La nieve se adhería a su cabello y hombros. Había estado nevando todo el día,
inaugurando la primera de lo que lali esperaba sería una larga serie de
hermosas Navidades por venir.
Alejándose de la
ventana, se apresuró a comprobar su aspecto. ¿Quién hubiese pensado que una
diablilla que solía vivir enfundada en pantalones en realidad disfrutaría de
verse como una dama?
Se dio un
pellizco en las mejillas y giró para mirar hacia la puerta cuando su marido
entró con su carga a cuestas, trayendo consigo un estimulante vigor de aire
invernal y copos de nieve.
—¿Necesitas
ayuda? —preguntó con una mirada coqueta y un descarado balanceo de caderas.
Él le sonrió con
picardía mientras se agachaba delante de la chimenea a apilar la madera.
—No me vendría
mal un beso. ¿Conoces a alguien que pudiese querer darme uno?
lali ladeó la
cabeza y se dio unos golpecitos con el dedo en la barbilla.
—Creo que podría
llegar a encontrar una mujer dispuesta.
—¿Crees que esa
mujer podría darse prisa? Mis labios necesitan un poco de calor.
lali
no necesitaba más estímulos. Se apresuró a acercarse y arrodillándose delante
de él tomó entre sus manos tibias ese rostro apuesto (y ahora tan frío) y
apretó sus labios contra los de peter. A él le llevó sólo un segundo avivar las
llamas de un simple beso transformándolo en algo mucho más ardiente,
arrastrándola hasta tenerla muy junto a su cuerpo, abrazándola como si desde la
última vez que se habían visto hubiera transcurrido una eternidad, en vez de
una hora. Sabía hacerla sentir amada y ella atesoraba esta bendición porque
sabía que en cierto modo era George quien le había enviado a este hombre.
El sonido de un
carraspeo se filtró en la conciencia de lali, quien parpadeando abrió
lentamente los ojos, para encontrarse con Henry, el mayordomo de Lucien, de pie
en la puerta, con las mejillas usualmente pálidas ahora encendidas y la mirada
desviada hacia el techo.
—¿Qué sucede,
hombre? —gruñó peter, la voz ronca de deseo.
—Ha llegado un
paquete para usted, señor. —Sacó un gran sobre de atrás de la espalda y se lo
entregó a peter.
Éste se quedó
mirándolo fijamente; la marca en el lacre era inconfundible. El emblema del
Conde de Redding.
—¿El señor va a
necesitar alguna otra cosa?
peter sacudió la
cabeza y se pasó una mano por el pelo.
—No, eso es todo.
Con una
inclinación de cabeza, el mayordomo se marchó.
Él miro
largamente el sobre. lali lo observaba, temerosa del contenido de la misiva,
siguiendo con la mirada el desplazamiento de peter por la habitación.
La luz de la luna
entraba a raudales por la ventana, revelando la vulnerabilidad de sus ojos
mientras le entregaba el sobre a ella.
69.
La mano de lali
temblaba al recibirlo y tomando el abrecartas sacó el papel que había dentro
del sobre. La primera hoja estaba escrita con delicada caligrafía femenina.
Mi muy
estimado Lucien,
Leyó
lali en voz alta las palabras escritas por Lady Diana Slade:
Espero
que esta carta lo encuentre bien y feliz y si aún no la ha arrojado al fuego,
entonces queda una esperanza para el futuro.
Supongo
que el pedirle que no desprecie para siempre el nombre Redding sería demasiado.
Yo no lo desprecio a usted, ni tampoco Christian, aunque dudo que usted me
crea. Entiendo a mi querido hermano mucho más de lo que él mismo cree y creo
que también lo entiendo a usted.
Mi
deseo para todos nosotros es que podamos dejar atrás los pecados del pasado y
mirar hacia el futuro. Con miras a tal fin le adjunto algunos documentos que he
recibido recientemente del abogado de mi padre. Al parecer, estos archivos
estuvieron perdidos por años y fueron remitidos tras la muerte de mi padre. Le
ruego no piense que Christian tenía conocimiento de esta información y se la
mantuvo oculta a usted. La caja fue encontrada y abierta ayer.
Espero
que encuentre en estas páginas lo que está buscando y que eso le brinde algún
consuelo. De todo corazón deseo verlo feliz.
Feliz Navidad.
Diana.
lali miró a los
ojos a peter mientras le entregaba los documentos. Él tragó saliva
audiblemente, vacilando antes de bajar la vista para leer lo que Diana había
enviado.
Luego cerró los
ojos, mientras las hojas se arrugaban en su puño. Trabajosamente lali logró que
las soltara y mientras les echaba un vistazo a las palabras, se le escapó una
lágrima.
La tumba de la
madre de peter había sido hallada.
* * *
Despuntaba el día
siguiente cuando el coche se detuvo con un traqueteo. peter no había dicho
palabra durante el trayecto. Con semblante sombrío le tendió la mano a lali
para ayudarla a apearse del coche. El corazón de la joven sufría por él.
Los rayos dorados
moteaban la hierba descuidada que marcaba Pauper's Field[1],
donde la madre de Lucien había sido sepultada hacía casi doce años, tras haber
enfermado de neumonía en una prisión de deudores.
Ella y su marido
habían sido enviados allí por no haber podido devolver un préstamo.
Albert Lanzani
había sido asesinado allí, acuchillado por la espalda por otro recluso cuando
trataba de robar los zapatos de un hombre muerto, y estaba enterrado en otro
lugar.
Sin embargo, aún
quedaba un rayo de esperanza. Entre los papeles estaba el registro de pasajeros
de un barco con fecha de hacía sólo algunos años. En él figuraban los nombres
de los hermanos y hermanas de Peter. El barco había zarpado para los Estados
Unidos. De modo que el clan lanzani estaba allí, en algún lugar. Ella y peter
no pararían hasta encontrarlos.
peter le indicó
que se detuviera delante de una anodina marca que era el único medio de
identificación entre las atestadas filas.
Fancy se
arrodilló y limpió con un trapo la tierra que cubría la pequeña placa,
colocando las flores que había traído.
—La sepultaron
aquí como si fuera basura —dijo Lucien, toda una vida de amargura derramada en
su voz.
lali le apretó la
mano con suavidad mientras se incorporaba.
—Podemos
trasladarla. Y conozco un lugar maravilloso.
—¿Dónde?
—Al lado de mi
madre. Es un lugar hermoso, en lo alto de una colina que da al mar, a Meadow's
Cove. Creo que a ella le gustaría.
lali alargó la
mano y le acarició el cabello.
—Te amo, sabes.
—Lo sé. —lali lo
abrazó fuerte—. Siento mucho lo de tu madre.
—Siempre esperé
que mi padre tuviera un final abyecto. Pero mi madre... —Volvió la cabeza.
lali le rodeó una
mejilla con la mano e hizo que la mirara.
—Tu madre te
amaba. Hubiese estado orgullosa del hombre en el que te has convertido. Y sé
que ella hubiese querido que fueras feliz.
—¿Yo te hago
feliz? —preguntó él, con una tímida pregunta en la mirada.
—Muy feliz
—prometió ella, besándole—. Y esto no termina aquí, peter. Tus hermanos y
hermanas están vivos aún. Tenemos un punto de partida para emprender su
búsqueda. Los encontraremos.
—¿De verdad lo
crees?
—Sí —dijo ella—.
Ahora eres mi familia y puede que hayas notado que soy muy protectora con
aquellos a quienes amo. Se me conoce por haber golpeado unas cuantas cabezas.
—Lo sé —dijo él
riendo por lo bajo y llevándose la mano hacia la parte trasera del cráneo.
—Ten eso en
cuenta, esposo mío, porque tienes una obligación que cumplir.
—¿Y cuál es esa
obligación, amor?
lali se apoyó
contra él y le echó los brazos al cuello.
—Darme la
bendición de tener muchos bebés a quienes amar y cuidar.
Los labios de peter
se curvaron en una sonrisa pícara.
—Dalo por hecho,
querida esposa.
FIN
AWWW ME ENCANTO EL FINAL!!!!!!!!!! re tiernooo :) <3 buenisima esta nove :D Gracias por publicar <3 un besooo <3
ResponderEliminarme fasino el final asi debia tenter que ser sos grosa espero que tengas otra novela para nostras
ResponderEliminarlindo final =)
ResponderEliminarme gusto el final que bueno que peter sabe donde estan sus hermanos y que lali esta con el
ResponderEliminarame el final
ResponderEliminarMe encanto, no podría haber tenido mejor final! Gracias por tomarte el tiempo de publicar la nove. Espero q empieces con otra! Besos.
ResponderEliminarna como me re encanto el final la voy a extranar bastante espero que tengas otra grosa
ResponderEliminarsin palabras excelente
ResponderEliminarbuenisimo el final
ResponderEliminarcomo llore de emocion con el final no sabes como me moria por leer gracias por subirla sos lo mas
ResponderEliminarhermoso se lo merecian terminal con ese final la voy a extranar demaiado besos
ResponderEliminar♥
ResponderEliminarHolaaa!!!!! Hoy y ayer me puse a leer las noves y me encantaron las tres; Mi jefe, Conquistar a la doncella & Disfrazados!!! Escribis re bien, en serio!!! Bueno vi lo q publicaste de la nove Mi jefe y me gustaria tenerla entera, asi si me la puedes enviar este es mi correo: yada_95@hotmail.it
ResponderEliminarMuchas Gracias y probare a estar presente muchas veces, pero a veces el colegio me lo impide :D
Besos
Giada
me gusta que peter alla sabido donde enterraron a su mama y que por lo menos sabe que sus hermanos no estan muertos y los puede ir a vuscar que lindo escribis espero la nueva novela que tengas para nosotras =)
ResponderEliminaray mas hermoso no pudo ser ame ese final
ResponderEliminarme re encanto fue lo mas esta novela mi favorita y la voy a extranar pero bueno se merecian estar juntos estos dos como tenia que ser
ResponderEliminarAAAAWWWWWW AME EL FINAL!
ResponderEliminarNO PUEDO CREER QUE YA SE ACABO!
ME ENCANTO LA NOVE! ME FASCINO!
Gracias por publicarla y seguirla publicando después de lo que paso con el flog!
@vagomi
Se merecia conocer el paradero d sus hermanos,ahora solo tiene k buscarlos ,y en Lali tiene su mayor apoyo.La tumba d su madre cerca d el,ya es un aliciente,para superar parte d sus traumas.Lali pidiendole tener hijos,para amarlos y cuidarlos,fue estupendo,se notaba en toda la novela ,lo capaz k es Peter d dar amor,y amar a sus seres queridos.
ResponderEliminarAi que lindo besos amei la nove...
ResponderEliminarOiiii, me fascinó la nove, y el último cap tan tiernos!! Qué bueno que los hermanos de Peter estan vivos y que Lali lo ayude a encontrarlos!
ResponderEliminarGracias por compartir la nove, genia! :)
@jeissymori
esta ha sido una de las mejores novelas que he leido estuvo hermosa
ResponderEliminarAngie***
hayy q lindooo final
ResponderEliminarq lindaa noveee ♥
te felicitoo