sábado, 10 de marzo de 2012

DISFRAZADOS 15

Chicas les subo mientras espero a que la carne a la brasa que estan haciendo mis amigos se quema( aunque ellos digan que no jaja), bueno les digo que si antes de que empieze a beber (y a emboracharme) hay 15 firmas les subo otro, sinos nos vemos mañana cuando vuelva de la discoteca :)

un beso
15.

Colocó su equipaje de mano y se sentó en su asiento, se abrochó el cinturón y esperó agarrando los brazos del asiento con manos en forma de garras; no le daba miedo volar, le impresionaba el despegar. Jamás podría comprender cómo era posible que un cacharro tan pesado pudiera alejarse del suelo y volar por los aires. El avión dio un par de tumbos y se elevó, Drácula respiró de nuevo, Pidió un periódico a la azafata e intentó leer pero las letras escapaban a su compresión, estaba demasiado distraído, guardó el periódico y se recostó en el asiento cerrando los ojos, rememoró el fin de semana, había sido perfecto, bueno, casi perfecto. Lástima que ella hubiera desaparecido dejando ese "mensaje", preparó mentalmente su planning para esa semana, hablaría con sus padres, les convencería de que había encontrado el sitio ideal, prepararía todo y regresaría. Una semana como mucho. No más. Y mientras tanto... Internet era un buen método de contacto.



Lunes 3 de noviembre de 2011, 9.05h





La maldita llave no entraba, siempre pasaba lo mismo cuando Luka llegaba cinco minutos tarde, la puñetera llave siempre se atoraba, se negaba a abrir la puerta y cuando eso sucedía inevitablemente desde dentro de la nave se oía sonar el teléfono una y otra vez. Mierda. Si llegaba diez minutos antes la llave entraba sin problemas y el teléfono no sonaba hasta las 9:30 pero si llegaba tarde, entonces todo lo que podía ir mal, iba mal. Cuando por fin logró abrir, el teléfono había sonado tres veces y por supuesto ahora estaba en silencio. Mierda. Atravesó corriendo los cincuenta metros que separaban la puerta de su oficina, esquivó un par de mesas de corte, dos contenedores de vidrio, una estufa de butano, las estanterías de cristal y, haciendo una mueca de asco, saltó por encima de las treinta cucarachas que se habían colado por el sumidero pensando que en la nave encontrarían el paraíso sin tener en cuenta que alrededor del desagüe habían rociado una botella entera de cucal. ¡Joderos! Cuando llegó a su oficina el teléfono comenzaba a sonar de nuevo. Soltó el bolso en el suelo y se lanzó a la mesa como si fuera Casillas, menudo paradón.

—Cristal Express, buenos días.

Vaya con el nombrecito del negocio, en vez de cristalería parecía de limpiador.

— ¡Dónde estabas! Llevo llamando media hora.

—La llave decidió no entrar en la cerradura —tenía que ser el jefe, ¡qué suerte la mía!

— ¡Excusas! Eso sólo te pasa a ti.

—Lo siento. —No son excusas, es tacañería, arregla la puerta de una vez y no se atascará la llave, no te fastidia...

—Pues no lo sientas, es importantísimo que estés en tu puesto de trabajo a la hora exacta, cualquier cliente puede llamar. ¿Qué van a pensar si no hay nadie para contestar?

—Lo siento muchísimo. —Claro, culpa a la secretaria cuando tu jamás llegas a tu hora, pensó lali, cuidándose muy mucho de decirlo.

— ¿Está acabado el presupuesto para la calcografía?

—No, el viernes volvieron a cambiar de medidas.

— ¿Qué más da? Sabes que eso es prioritario. Ponte a ello ahora mismo. En mis tiempos si había que trabajar en fin de semana se trabajaba. Lo quiero para dentro de media hora.

—Sin problemas —total, no vas a venir hasta mediodía; no hay prisa, que nos conocemos—, lo tendrás en media hora.

—Más te vale.

Bien, según el tono de voz, está claro que el jefe no ha tenido suerte con las carreras de ayer, pensó lali. Acto seguido encendió su ordenador, sacó los presupuestos pendientes, las facturas por cobrar, las ordenes de pagos... menudo montón de papeles. Abrió el Thunderbird y revisó los e-mails. La calcografía había vuelto a cambiar de medidas el domingo, menos mal que no había hecho el presupuesto en casa, hubiera sido perder el tiempo.

Se abrió la puerta, entró Gabriel, el hijo del jefe. Esperaba que al hijo le hubiera ido mejor en las carreras que al padre.

— lali, he llamado a las nueve y no estabas, ¿qué coño ha pasado? —gritó desde la puerta.

—La llave no entraba en la cerradura —bla bla bla.

—Y una mierda, no me cuentes rollos. Si no llegas a tu hora te quedas más tarde para recuperar.

—Sí, Gabriel. —Todos los días me quedo más tiempo, no fastidies, pensó lali para ella misma.

—Y a ver si adelgazas un poco que ya no cabes en la silla, joder, vaya impresión de mierda que se llevan los clientes al verte, coño, te he dicho mil veces que la imagen vende.

—Sí, Gabriel —contestó lali mientras hacía como que miraba los correos, su puta madre, que le dijera eso un tío que gastaba una talla 60 y llevaba un peluquín.

—Y en el servicio se ven chorretones de mierda, límpialo.

—En cuanto acabe los presupuestos —si no fueras tan guarro no habría chorretones.

—Déjala en paz, Gabi, si tu caballo ha perdido no es culpa suya. Hola, preciosa, me encanta tu conjunto —dijo el otro hijo del jefe, Daniel, entrando en la oficina.

—Hola, Dani, ¿qué tal el fin de semana? —preguntó lali sonriendo. Adoraba a Dani. Era un tipo excepcional y uno de sus mejores amigos, por no decir el mejor.

—Perfecto, conocí a un yogurín que entendía —dijo enarcando las cejas.

—Joder, Dani, no empieces con eso. Me voy a tomar café, paso de vosotros —dijo Gabriel de mal humor. Había batido su record, entrar a trabajar a las nueve y cuarto y salir a las nueve y veinticinco... quién fuera hijo del jefe.

— ¿Y qué tal con el Yogurín?

—Divino de la muerte... niña, creo que me he enamorado.

—Sí, como todos los fines de semana...

—Ay, preciosa, tú aún eres muy joven y buscas el amor eterno. Yo estoy más resabiado y prefiero enamorarme todos los días echando un buen polvo que enamorarme para siempre y despertarme todos los días del resto de mi vida mirando la misma cara... —hizo una mueca de asco—, qué horror.

lali no pudo evitar reírse, Dani era la bomba, divertido, encantador, cariñoso y homosexual... lástima, hubiera sido su hombre ideal. Comentaron un poco el fin de semana entrando en algunos detalles con cierto vampiro y cuando él vio que no podía sacarle más información, la dejó hacer su trabajo. Poco después entró el último de los trabajadores, todos habían llegado tarde, pero ninguno recibió bronca... a veces odiaba ser mujer en una empresa de hombres.

A mediodía tenía listo el maldito presupuesto. Una hora más tarde habían vuelto a cambiar las medidas.

17 comentarios:

  1. peter esta hasta las manos con lali ya quiere ir a verla amo que este asi

    ResponderEliminar
  2. me encanta esta novela siempre estoy con ganas de mas

    ResponderEliminar
  3. ay me gusto mucho el cap

    ResponderEliminar
  4. hasta el proximo genia

    ResponderEliminar
  5. La compadezco yo en su lugar no se cuanto hubiera aguantado!!! más!

    ResponderEliminar
  6. si pobre que fuerza ella para soportar todo eso

    ResponderEliminar
  7. espero el proxiomo grosa

    ResponderEliminar
  8. me dio un poco tristesa este cap con todo lo que apasado lali =(

    ResponderEliminar
  9. se pone muy intersante todo

    ResponderEliminar
  10. quierooooooooooooooooooooooo
    masssssssssssssssss
    please

    ResponderEliminar
  11. necesito otro mas y no pido mas

    ResponderEliminar
  12. Siguen con sus vidas.Nada k envidiarle a la d Lali, en su trabajo,jajaja.

    ResponderEliminar
  13. Con dracula ,el trabajo seria muchisimo mas facil.

    ResponderEliminar