10.
Drácula dejó la
lengua quieta y aprovechó para observar las piernas de lali desde la increíble
perspectiva que tenía apoyado en su vientre. Tenía unas piernas larguísimas,
con buenos muslos, redonditos y bien formados, se veía algo de pelusa en ellos,
sonrió para sí mismo. lali se depilaba de rodilla para abajo, pero la pelusilla
de los muslos estaba intacta. Deliciosa. Era de un color mucho más claro que el
castaño de su cabeza, casi transparente y muy fino, tanto que si no hubiera
estado tumbado como estaba no lo hubiera visto. No lo pudo resistir, pasó las
yemas de sus dedos por esa pelusilla encantadora y casi inexistente. Apenas se
notaba. Fascinante. Le recorrió los muslos una y otra vez, le excitaba mucho
acariciarla y sentir ese suave vello bajo sus dedos. Ella enmudeció de nuevo,
inhaló, y comenzó a hablar con un tono de voz más enérgico.
—Por tanto, si la
medida de serie es de 400x300mm, lógicamente nos viene mejor las planchas de...
— ¿Pero qué le
había dado a este vampiro en sus muslos? Vale que tenían algunos pelillos, pero
llevaban con ella desde que nació, no pensaba depilárselos por mucho que le
molestaran, apenas se notaban. Además la cera dolía horrores.
— ¿Y si la serie
fuera de 425x365mm? —Drácula se lo estaba pasando de maravilla acariciándola,
así que mejor entretenerla con más medidas de esas.
—Pues entonces lo
que interesaría, espera que calculo...
—Ajá...
Draculín oía su voz
pero no escuchaba sus palabras. Estaba totalmente inmerso en misterio oculto
entre la unión de sus muslos. Una nube de rizos castaños cubría su sexo
impidiéndole ver la forma de su clítoris y realmente se moría por verlo. Sí, la
había acariciado ahí la noche pasada pero con la oscuridad reinante en el coche
no había podido ver cómo era. No es que le hubiera importado nunca ver el
clítoris de sus amantes, pero con lali la curiosidad y el deseo le estaban
matando. De hecho, aún tenía el pene durísimo y enfundado en el condón, no se
había corrido, le había cortado todo el rollo verla pensando en sus cosas
cuando estaba dentro de ella. Así que ahora tenía un dolor en los testículos
atroz y una curiosidad indecente por ver sus secretos.
Los rizos se veían
húmedos, sopló sobre ellos. Ella se calló de nuevo, inspiró, y volvió a la
carga con las medidas de los cristales. Desde luego esta mujer era tozuda.
—Además en nuestra
empresa no tenemos máquinas de corte, lo hacemos todo de forma artesanal... —decía
aferrándose a los prolegómenos de su trabajo.
— ¿De forma
artesanal?
—Sí, ya sabes,
artesanal, con las manos. De forma manual.
—Ah.
—Sí, tiene más
calidad, no se ensucia con el aceite de coco porque...
Manual...
interesante. Dejó que sus dedos subieran por los muslos hasta llegar al origen
de su curiosidad. Lo manual estaba bien. Comenzó a peinar los rizos suavemente,
estaban muy mojados, lentamente los fue separando hasta que descubrió el
clítoris, se veía rosado, medio oculto entre los pliegues. lali se movió
inquieta.
— ¿Qué haces?
—Trabajo manual
—contestó él muy serio.
—Ah... pues como
decía, si se usan máquinas —dijo empuñando férreamente su explicación; que el
vampiro lo intentara, ya vería lo que era bueno.
El apoyó una mano
en el muslo, haciendo presión hasta conseguir abrirle un poco las piernas, el
movimiento anterior había ocultado lo que estaba tan encaprichado en ver...
¡Sí! Ahí estaba de nuevo, tan pequeño y radiante, aún seguía oculto pero se
veía algo más hinchado, deslizó un dedo a lo largo de la abertura separando un
poco los pliegues; sí, definitivamente se estaba tensando por momentos. Sopló
sobre él otra vez, ella se movió de nuevo, esta vez separando un poco más las
piernas, él acarició el botón lentamente con su índice, era muy suave, estaba
muy terso, continúo acariciando, trazando círculos con el dedo cada vez más
húmedo, la abertura de su vagina resplandecía, le llegó un delicioso aroma. La
esencia especial de lali. ¿Qué sabor tendría? Sin poder resistirse bajó la
cabeza hasta reposarla entre los muslos de la mujer que, por cierto, eran tan
mullidos como pensaba, y comenzó a lamer su clítoris. Dulce. Salado.
Embriagador. Ella no hablaba. Drácula sonrió.
— ¿Y qué pasa si se
usa aceite de coco?
— ¿Eh?
—En las máquinas...
¿Qué pasa si se usa ese aceite?
—Ah, se mancha el
cristal... nada importante.
—Aps, creía que sí
era importante...
—Ah. Sí, bueno. — ¡Demonios!
¿Qué narices le importaba a ese maldito hombre el puñetero aceite de coco?—.
Importa, pero da igual.
—No, claro que no da
igual, estoy seguro de que has dicho que era importante —dijo él sonriente y
vengativo. Si quería pensar, él se ocuparía de que lo hiciera.
—Bueno, sí,
verás... —estaba claro que no iba a hacer nada hasta que no le contara el tema
del aceite de coco de los cojones. Mierda. — El aceite de coco…
Bien. ¿Por dónde
íbamos? Repasó Drácula... Embriagador... exactamente. Volvió a recorrer con sus
dedos la vulva hasta que los labios vaginales estuvieron henchidos y el
clítoris apareció en toda su majestuosidad. Estaba hinchado, terso, dispuesto.
Le propinó lánguidos azotes con la punta de la lengua y cuando ella comenzó a
gemir, apoyó los labios y succionó, despacio al principio y más fuerte según
aumentaban los gemidos femeninos. ¡Dios! Sabía delicioso, los dedos recorrieron
la vulva arriba y abajo, una y otra vez, hasta que un dedo juguetón se coló en
su vagina totalmente empapada, empujó y lo hizo girar a la vez que la lengua.
Ella gimió más
alto. Un momento... ¿y qué pasaba con el aceite de coco? Pensó burlón.
Lali estaba a
punto, la lengua de Draculín hacía maravillas, su dedo trabajaba magistralmente
el punto "G", que por cierto acababa de descubrir que SÍ existía, y
en ese momento, en el momento exacto en que NO tenía que parar, paró.
—Joder —gruñó sin
pensarlo.
— ¿Y no se puede
limpiar el aceite de coco? —preguntó él a la vez que se chupaba el dedo que
había estado dentro de ella.
— ¿Qué? — ¿De qué
coño está hablando este gilipollas?
—El aceite de coco,
ese que ensucia, ¿no se puede limpiar? —Dios, se la veía muy enfadada... y eso
le encantaba.
— ¿Eh? Sí, claro...
— ¿Pero qué mosca
le ha picado?
—Y entonces, ¿cuál
es el problema? —fastidió un poquito más.
— ¿Cuál es el
problema?
—Sí. Si se puede
limpiar no veo ningún problema.
—El puto problema
es que es una mierda limpiarlo. ¿Vale? ¿Alguna cuestión más? ¿Algún puto asunto
de vida o muerte? ¿Alguna duda?
—No —dijo él
enarcando las cejas travieso—, sólo pensaba...
—Pues no pienses
—dijo ella agarrándole del pelo para acercarle y besarle salvajemente.
Drácula sonrió, se
incorporó, se colocó entre sus piernas, hundió la cabeza en su ingle y se dio
un festín. Lamió, mordisqueó, succionó, metió un dedo, metió dos, y cuando ella
empezó a temblar la penetró. Como aún tenía el condón puesto no hubo ningún
parón.
que malo petercito se desquito con lali jajaja muy buen cap
ResponderEliminardemasiado bueno el cap sos una genia no sabes como extrane la novela que bueno que subiste
ResponderEliminarmas porfavor
ResponderEliminarpeter se salio con la suya y podo lograr que lali se ensendiera otra vez
ResponderEliminargenial el cap
ResponderEliminarme suena que haora si va a gozar bastane lalita y que peter tambien asta porfin peter logro que dejara de hablar de cortar vidrios ajsjjs
ResponderEliminarestoy ansiosa por leer mas
ResponderEliminarpeter es tremendo le iso desesperar un poco a lalii al final
ResponderEliminar♥
ResponderEliminarsubi otro que esta mas buena
ResponderEliminarque bueno que no ubo ninguna interrupcion esta vez y los dos terminaron gozando
ResponderEliminarno te preocupes que nosotras te bancamos hasta el proxima genia
ResponderEliminarnecesito mas
ResponderEliminarotro otro otro porfavor
ResponderEliminarmasss noveee me encantaaa ♥
ResponderEliminarSe salio con las suyas al final!!
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