41.
—¿Eh?
¿Y tenía que continuar engañándome al retorcerse entre mis brazos bajo su
propio techo?
Lali
se estremeció. Podría haberle dicho entonces quién era ella. O por lo menos,
haberle rechazado. Pero en vez de eso había elegido el silencio.
—No
sabía que las cosas llegarían tan lejos.
Incluso
en sus propios oídos esa respuesta sonó patética.
—Puede
estar segura de que nunca hubieran llegado hasta ese punto de haber sabido yo quién era usted.
Esta
afirmación confirmaba lo que Lali había pensado. Él no le habría puesto un dedo
encima si hubiera conocido su verdadera identidad y ella había deseado tanto
que la tocara. «Arrebatada», le regañaba su voz interior.
—Qué
embustera más talentosa es usted —prosiguió él, alejándose dos pasos y dándole
la espalda—. Es capaz de mirar a un hombre a los ojos y hacerle creer que es
usted sincera y auténtica.
—¡Soy
sincera y auténtica! —protestó ella, y luego frunciendo el ceño, añadió—: La
mayor parte del tiempo. Pero usted no me dejó demasiadas opciones.
—¿De
modo que ahora el culpable soy yo? No sé por qué pero no me sorprende. Entonces
dígame, señora mía, ¿debería incluir ser ligera de cascos entre sus talentos?
Lali
se quedó sin aire.
—¿Cómo
se atreve a echarme la culpa a mí? Usted fue el que no pudo controlar sus instintos
animales.
—Sí,
pero yo creía que estaba flirteando con una criada. Agachándose para quedar
cara a cara, le espetó:
—¿Cuáles
su excusa?
Lali
se rebeló.
—No
quiero seguir hablando de esto.
—Sospecho
que no, pero no va a zafarse tan fácilmente de todo este asunto.
—Lo
siento. ¿Qué más puedo decir?
—Por
empezar, la verdad. ¿O acaso eso va más allá de sus habilidades?
Como
si ya no pudiera soportar mirarla, él se alejó y se sirvió otro trago.
Por
el rabillo del ojo, Lalivio que una de sus manos se cernía sobre la caja negra
que había llamado su atención antes. Luego cerró los puños y se volvió hacia
ella.
—Hable
—exigió él.
Lali
estaba deseando mandarle al demonio, pero eso no iba a mejorar su situación.
—Calder
Westcott es un canalla inescrupuloso.
—Bien,
eso me lo aclara todo, ¿no es verdad? —dijo él arrastrando las palabras.
—Está
tratando de casarse con Rocio.
—Si
ella es tan indomable como usted, quizás le vendría bien casarse.
Lali
lo miró enojada.
—¿Por
qué debería esperar comprensión alguna por
parte de un hombre? Todos sois iguales.
—Oh
no, querida mía. Otro hombre no estaría contemplando los aspectos positivos de
cogerle a usted el cuello entre las manos o de colocarla boca abajo sobre su
regazo para darle la golpiza que con creces se ha ganado.
—Me
defendería hasta morir.
—Eso
lo he oído antes. Alejándose del borde de la vitrina empezó a caminar
lentamente hacia la joven.
Lali
se arrinconó en el sofá.
—Si
me pone usted un solo dedo encima...
—Nada
más alejado de mis intenciones —dijo él secamente, dejándose caer en una butaca orejera de cuero
resquebrajado—. A ver, ¿y por qué este tal
Calder está tratando de casarse con su hermanastra?
—Porque
el padrastro de Rocio, Lord Westcott, le dejó una fortuna considerable al morir
hace algunas semanas.
—¿Y
supongo el inescrupuloso Calder quiere apoderarse de esa fortuna?
Llai
asintió con la cabeza.
—Él
también heredó una buena cantidad, pero Rocio descubrió que su hermanastro ha
contraído una deuda enorme, en su mayoría con tipos más despreciables que él
mismo. Rocio escuchó por casualidad a Calder diciéndole a uno de sus matones
que su intención era casarse y luego deshacerse de ella. Esa misma noche se
escapó de su casa y vino aquí. Yo no sabía qué hacer, a quién acudir. Calder es
el nuevo juez de distrito y dueño de las tierras en las que se asienta la
aldea. Pocos se enfrentarían a él, y aun si algunos estuviesen dispuestos a
ayudarnos, no quisiera atraer sobre ellos la ira de ese tipo.
—Todo
un dilema —murmuró Peter, con el rostro parcialmente oscurecido por las
sombras.
—Se
me ocurrió que si yo podía encontrar alguna prueba de sus fechorías, él dejaría
en paz a Rocio.
—Lo
dudo —dijo él—. Una vez que la mente de un hombre se obsesiona con una mujer,
ya tiene la soga al cuello.
Se
echó un trago de su bebida, dejando a Lalicon la duda de si alguna vez la mente
de él habría estado obsesionada con una mujer.
Recordó
la pesadilla que lo había acosado y el nombre que había gritado. Sanji. ¿Sería
una mujer? ¿La habría conocido durante su estancia en la India? Quizás Tahj lo
supiera. Se lo preguntaría al día siguiente.
Su
tutor la contempló fijamente por un momento, con semblante inexpresivo, como un
extraño reservado.
—Temo
preguntar, pero ¿qué estaba haciendo usted en la taberna?
—Dos
de los hombres de Calder trataron de secuestrar a Rocio ayer mientras estábamos
dando un paseo a caballo. Habíamos pensado que Calder no intentaría nada
estando Rocio conmigo, ni durante el día con potenciales testigos. Pero
estábamos equivocadas.
Los
dedos de peter apretaron con más fuerza el vaso.
—Déjeme
adivinar... usted se las arregló para rastrear a esos hombres y los siguió
hasta la taberna.
—Sí
—respondió Lali, impresionada—. ¿Cómo lo supo usted?
Él
apretó la mandíbula.
—Porque
es usted una atolondrada que arriesga su vida de la forma más idiota.
Lali
se enfureció.
—¿Y
supongo que a usted se le hubiera ocurrido un plan mejor?
—Sí.
Yo me hubiera mandado a llamar.
—¡Claro!
¿Ya qué burdel o antro de juego tendría que haberme dirigido? —La expresión de
la cara de Peter podría haber congelado el agua, pero a Llai no le prestó
atención—. Usted no se ha interesado en absoluto en las cosas que sucedieron
aquí durante este último año. Estaba muy ocupado con su harén o flameando su
dedo imperioso en dirección a alguna institutriz de labios fruncidos y joroba
que lo relevara de su obligación. No acierto a imaginar qué pudo haber estado
pensando George cuando lo puso a usted a cargo de mi vida.
—Ni
yo. Usted, mi querida Lady Mariana, significa nada más que problemas.
—Lali.
—¿Qué?
—Nadie
me llama Lady Mariana.
—Bien,
mejor que vaya acostumbrándose. Mañana partimos para Londres.
—¿Londres?
—Lali se levantó de un salto del sofá—. ¡Pero no puedo!
—Puede
y lo hará, aunque tenga que amarrarla de pies y manos y cargármela al hombro.
Parecía disfrutar con la idea de acarrearla por ahí como a un saco.
—Usted
no puede decidir sobre mi vida. Yo
tengo responsabilidades aquí.
—Ahora
esas son mis responsabilidades. Su única responsabilidad es sonreír y verse
bonita. Quizás si no habla, un hombre hasta podría pedir su mano.
Lali
lo miró fijamente, incrédula.
—¿Es
por eso que va a llevarme a Londres? ¿Para casarme?
—¿Qué
pensaba, querida? ¿Qué tenía intenciones de tenerla atada al cuello durante el
resto de mi vida? Le recuerdo que soy un hombre soltero.
—Y
por supuesto tiene que regresar a sus amantes —replicó ella mordazmente,
detestaba descubrir que esa imagen la molestaba.
Él
se limitó a contemplarla con esos ojos indescifrables.
—No
le importo en absoluto, ¿verdad? —le dolía darse cuenta.
—Me
importa casarla. Entonces se convertirá usted en una carga para su marido en
vez de serlo para mí.
—¿De
modo que me entregaría usted al primer hombre que apareciera?
—No
sea ridícula. Buscaré a alguien de su misma condición social, que pueda cubrir
todas sus necesidades. Tanto mejor si siente usted algo de afecto por el pobre
idiota.
La
frustración se abría paso en el interior de Lali.
—Tengo
que quedarme aquí.
nooooooooooooo que horrible lo que le dijo peter es un tarado pobre lali haora como va a safar espeor que puedas subir mas amo tu novela con lucura =)
ResponderEliminarquieor mas porfavor
ResponderEliminarno que no se la lleve y que lo combensa para ayudarla y que el cambie de pensar dios se pone muy buena hasta pronto
ResponderEliminartodo mal esta dios pense que peter iva a reaccionar bien
ResponderEliminarsubi mas porfavor
ResponderEliminarMe encanta la novee, quiero maaas!!
ResponderEliminarjodeme que se la vaa llevar para casarla esta loco lali como va a safar de eso
ResponderEliminarsos mala siempre me dejas con la intrita che espero que puedas subir otro
ResponderEliminarnecesito mas grosa
ResponderEliminarlali lanzatele desile que sentis cosas por el y que necesitas que te ayude jajaja mas buena la nove quiero mas please
ResponderEliminarme muero por mas =)
ResponderEliminarme re gusto el capitulo
ResponderEliminarpeter no lo entiendo realmente me esta callendo mal
ResponderEliminarcada vez me sorprende como escribis lo haces demasiado bien
ResponderEliminarme dejaste angustiada con la forma que peter la esta tratando
ResponderEliminarespero el otro linda
ResponderEliminarmas novela saludos
ResponderEliminarpobre lali eso le pasa por no desirle la verdad desde el principio
ResponderEliminarme imagino que peter va a recapasitar y no se la va a llevar y la va ayudar espero
ResponderEliminarme gusto el cap pero se le estan complicando las cosas a lali espero que puedas subir mas
ResponderEliminarq malooo peter :(
ResponderEliminarmass noveee
Lali siempre tiene una respuesta para el.Y xk el no podria tener algo con ella? ,¿k tiene k Lali sea una lady,y no una sirvienta cono el creia,y a la sirvienta si la flirteaba.Lali desde un principio s vio venir k el la casaria,para librarse d ella.Es peor Peter k Calder,jajaja,este lo hace x maldad,pero Peter k se enamoro ,lo hace x ira,xk se burlo d el.
ResponderEliminarMe encanto!
ResponderEliminarNo Peter ¬¬ no seas b... ¬¬ se tiene qe qedar sino qe va a pasar con Rochi :/
ResponderEliminarPeter es un total pendejo! Pero tambien lo entiendo, debe de sentirse totalmente engañado....
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