miércoles, 15 de febrero de 2012

MI JEFE CAPITuLO 5

chicas muchisimas gracias por todas las firmas de verdad les digo que no esperaba tantas jajajja y perdon se que ultimamente no estoy contestando los comentarios ni firmando en las novelas pero de verdad es que no tengo tiempo y tambien no se muy bien como funciona el blog pero les primeto q el viernes me pongo a leer novelas atraadas y firmar y tambien a devolver las firmas y ahora si aqui esta el capitulo num 5: ( no tiene foto porq el movil no me deja subirla xd)
5.

l vidrio de privacidad se deslizó hacia arriba y ella se reclinó hacia atrás para continuar leyendo la sección de clasificados. Había encerrado en círculos diez posibles puestos de trabajo. Sólo cuatro incluían algo escasamente cercano al paquete de beneficios que ella quería, pero siempre podría negociarlo. Encendió la luz del techo, ya que la del día estaba muy menguada para permitir una lectura cómoda. Eso, junto con la capa de cristal oscuro que la limusina tenía en las ventanas traseras, hacía imposible leer sin encender la luz interior. Finalmente guardó de nuevo la sección en su gran bolso de mano y comprobó el paquete de unidades flash etiquetadas que había traído para dejarle a Lanzani. Los datos importantes que no iba a necesitar más porque renunciaría.

Se recostó de nuevo y miró por la ventana para ver el tráfico de turistas que parecía llenar las calles durante la temporada de esquí. Amaba Aspen en invierno. Había aprendido a amar la nieve y California no era el mejor lugar para vivir si te gustaba la nieve. Sí. Extrañaría ese particular beneficio de su trabajo.

Peter Lanzani tenía casas en Aspen, Los Ángeles, Nueva York, Florida y Virginia. Las mantenía todas y pasaba un par de meses en cada una, pero llamaba su hogar a California. Utilizaba la venerable mansión pre-guerra civil de Virginia para sus actividades políticas, el apartamento de Nueva York era su base en la costa este, el rancho de Florida estaba rodeado de campos de naranjos y toronjas, y la residencia de California en el Cañón Coldwater era lo suficientemente grande como para albergar a diez familias. La casa en Aspen era el lugar donde iba a esquiar y a relajarse.

Claro. Si puedes llamar descanso tener a un centenar de personas dando vueltas por tu residencia. Aquí daba pródigas fiestas. La mayoría de la gente con la que se asociaba pasaba algún tiempo en ella. Disponía de diez habitaciones, aparcamiento para seis coches y treinta hectáreas arboladas. Después de todo, Peter Lanzani siempre estaba rodeado por la jet set, por la gente guapa. Ricos y famosos parecían sentirse atraídos por su jefe. Y también una gran cantidad de sanguijuelas y vagos. Personas que se le arrimaban porque estaba demasiado ocupado y encumbrado para advertir que se estaban comiendo toda su comida y bebiendo todos su caros vinos y champagne. Personas que simplemente necesitaban colgarse a la espalda de un hombre como Lanzani.

Incluso era capaz de simpatizar con ellos. Había pasado siete años a su sombra y podía ser de lo más adictivo. Pero a diferencia de aquellos que se le aferraban por las razones de costumbre, ella sencillamente quería estar en cualquier lugar donde él estuviera. Se sacudió la sensación que le produjo ese pensamiento. Totalmente patética. Qué jodidamente tonta era. Ahora estaba sonando, incluso para sí misma, como si necesitara urgentemente un psicoanálisis. Cualquier mujer que se aferrase desesperadamente a un hombre que ni siquiera se fijaba en que respiraba, era un cachorro enfermo. Oh. Bien. Realmente sabía que existía. Era su muy bien pagada chica de los recados.

Miró el reloj y frunció el ceño de nuevo. Debían haber llegado a la casa hacía ya unos minutos. Pulsó el botón para bajar el cristal. George miró por el espejo retrovisor y dijo en voz baja: “El Sr. Lanzani me ordenó que la llevara a Dior. Lo siento, señorita Turner. Dice que se supone que debe estar vestida de etiqueta al llegar y no creo que vaya a aceptar un no por respuesta”.

Sabiendo que era mejor no discutir inútilmente con George, lali sólo suspiró y asintió. “Muy bien, George. Lo complaceré esta vez. ¿Exactamente cuál es la naturaleza de la fiesta que va a dar esta noche?”

El chofer sonrió. “Él no me confía eso, señorita Turner. Pero su lista de invitados se lee como el Quién es Quién del mundo de la alta sociedad. Creo que está teniendo alguna dificultad… desalojando… a una más que tenaz mujer”. George sabía exactamente de lo que se trataba todo esto.

Asintió y se hundió de nuevo en el asiento. Eeeestá bien. Así que hacer de “interferencia”, parecía indicar que alguna cara de muñeca de la alta sociedad había tratado de clavar sus garras en la piel de lanzani, y necesitaba ser liberado por una amante celosa. No era la primera vez que había sido sacada del banquillo para dar un pase falso a la línea de veinte yardas. Bien, si el hombre pretendía hacerle fingir, por interés otra vez, que era su amorcito, iba a hacérselo pagar a lo grande con el más caro, escandaloso y sexy vestido que Dior tuviera en sus bastidores. E incluso podría manejar conseguir tener un par de adornos de Tiffany´s también. Después de todo, una prometida celosa era endemoniadamente mucho más impresionante que una novia celosa, ¿verdad?

Parecía que la estaban esperando, en el momento en que entró a la lujosa y exuberante sala de exposición, fue saludada por Madame Francine personalmente y escoltada a una sala de exhibición privada. Por la obvia calidad y el costo de los vestidos que le mostraron, se dio cuenta de que le estaba dando carta blanca para equiparse con unas galas únicas en su clase, por lo que no reparó en gastos y se mimó escandalosamente. Sería un regalo de despedida para ella, por siete años de duro trabajo y dedicación. Al diablo con un reloj de oro barato.

Una hora más tarde, vestida con uno de los mejores trajes de noche de Dior, llevando un conjunto de collar, pulsera y pendientes que le habían costado a su jefe un par de cientos de miles, y usando un anillo de platino de compromiso con un diamante de tres quilates que le habían supuesto otros ciento veinticinco mil dólares, acomodó un largo abrigo de piel de zorro blanco sobre su cuerpo y se metió en el asiento trasero de la limusina, dándole a George un guiño perverso cuando el hombre la miró fijamente, con la boca abierta.

“No se puede discutir con el hombre, ¿eh, George? Quizás la próxima vez lo pensará dos veces antes de permitir a una mujer enojada volverse loca con sus tarjetas de crédito”.

5 comentarios:

  1. MME encanto la ultima parte del cap jajajjaja
    ya quiero ver cuando la vea peter y la impresion de este jajajjaj
    Peter siente algo por lali o no?? para consentirla tanto digo yo xD o solo la ve como su secretaria que lo salva de todo
    deberias contar en un cap la version de peter y sus sentimientos y pensamientos y xq es asi con lali xq con suerte el deja un minuto de su tiempo jajajajaj
    peter sabe que lali estara de cumpleaños o se olvido???

    Subii mas subi otro cap hoy :D

    @lali_peterlove
    /gonzalez_andy92

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. no te quiero contar mucho de la nove porque si te lo cuento ya no sera igual de atrapante jajja pero para que te quedes tranquila te digo que a partir del proximo capitulo toda la historia que se va a contar es el principio de la historia de amor de peter y lali. y no le tengas rencor a peter que no todo es lo que parece ademas tenemos q entender q es un hombre de negocios necesita tener a su secretaria a su lado y por eso gasta tanta plata en ella. espero q esto consteste un poco tus preguntas. por cierto ya que estoy te aviso que esta novela no es demasiado larga tiwne unos 30 caps creo pero es muy atrapante...
      un beso

      Eliminar
    2. Lei la nove me encanta !!!! espero el proximo capitulo
      Besos @leti2311

      Eliminar
  2. JAJAJAJAJAJA me encanto el cap esta genial la novela!
    te puedo pedir que cambies la letra? lo que pasa es q se me cansa la vista y me cuesta mas leerla! igual si no podes o no queres todo bien ;) un beso
    espero mas!
    me encanto el final!

    ResponderEliminar