domingo, 19 de febrero de 2012

CONQUISTAR A LA DONCELLA CAPITULO 30


30

.—El entender los entresijos lleva años de estudio. Algunas de las doctrinas son intelectualmente estimulantes, pero no estoy de acuerdo con el principio básico.

—¿Cuál es?

—Que el sufrimiento es necesario para alcanzar la iluminación espiritual, el ch'i, y que necesitamos pasarnos la vida expiando pecados del pasado. No quiero tener que ser tan bueno.

—¿Por qué?

—Porque —murmuró, con la mandíbula contra el cuello de la joven y sus dedos buscando los de ella—, ser bueno significaría no poder tocarte. Porque el deseo, en todas sus formas, condenaría al pecador a un interminable ciclo de infierno en la tierra.

Lali apenas podía pensar con él acariciándola de ese modo. Si el deseo la condenaría, aceptaría el castigo. Cualquier otra forma de verlo significaba una vida llena de privaciones.

—El placer debe evitarse —prosiguió, mientras con los labios le rozaba la mandíbula —porque sólo es temporal. El deseo —susurró, haciéndole alzar el rostro hacia él, quedando sus labios muy cerca de los de ella— es esclavitud.

Lali cerró los ojos e intentó respirar mientras él le hacía volver la cabeza. Él amplió la postura de ella, controlando sus acciones, haciéndole vibrar el cuerpo.

—Obtén tu energía de tu interior. Calma tu mente, de modo que cada momento se llene de gracia y armonía. Concéntrate en la respiración. Inhala lentamente. Desde aquí. —Le apoyó la palma contra el diafragma.

Lali se sentía débil, emocionada con cada ligera caricia de las manos de él a través de su cuerpo.

—Concéntrate en el punto de ataque. —Le enderezó el brazo, sacándolo hacia delante con la palma hacia arriba—. Usa la fuerza de tu enemigo para vencerlo. Si él es fuerte, ataca lateralmente. —Hizo un amplio movimiento hacia abajo—. Si es débil, golpea desde el frente. —Guió el brazo de la muchacha transversalmente con respecto al cuerpo de ésta—. Si te agarra desde atrás... —Su brazo le envolvió la cintura con más fuerza, una de sus grandes manos peligrosamente cerca de los pechos— lleva tu cabeza hacia atrás contra su nariz, o libera tus brazos... —Le hizo sitio para que lo hiciera— y dale un codazo en el plexo solar. —Le mostró cómo—. Si eso no da resultado... —Se acercó y ella pudo sentir apoyados contra sus nalgas un calor y una dureza tentadores— entonces sube el talón y golpéalo en la ingle.

Lali cerró los ojos sintiendo que el aliento le raspaba los pulmones mientras instintivamente se movía contra él, cuyo gemido surgido desde lo profundo de su garganta elevó el calor a un nuevo nivel.

Él tomó aire y la hizo girar para mirarla de frente.

—Cuanto más simple el método —la instruyó—, mejor.

Luego la soltó, dejándola con la extraña sensación de haber sido despojada de algo.

—¿Por qué Tahj le enseñó Shaolin a usted, si se supone que sólo debe pasarse el conocimiento a otros monjes?

—Porque me consideraba un ejemplar patético de la humanidad y se compadeció de mí.

Lali rió ante tan absurda afirmación.

—No bromee.

—Lo digo en serio. El pequeño desgraciado me derribó sobre mi trasero durante nuestra primera salida. Una experiencia humillante, te lo aseguro.

Si Lali no hubiese visto un despliegue de la habilidad de Tahj, nunca habría creído la historia que le contaba Peter.

—¿Qué impulsó a Tahj a realizar esa buena acción?

—Él cree que un cuerpo fuerte puede superar las deficiencias de la mente.

Con toda seguridad, Peter tenía un cuerpo fuerte. Su mirada recorrió sin vergüenza la sólida amplitud de su pecho, el abultamiento de los brazos... y más abajo.

—¿Y qué deficiencias tiene la mente de usted? —preguntó ella, su cuerpo estremeciéndose por la cercanía de Peter.

Alargó la mano y acomodó un mechón que había caído sobre la mejilla de la joven.

—Demasiadas para que las comprenda alguien tan inocente como tú.

—Yo no soy inocente.

—Dios, espero que no —dijo él con voz áspera, mientras se inclinaba y le rozaba los labios con un beso ligero como una pluma. La caricia terminó antes de que ella pudiera tomarse un momento para saborearla. Cada vez que él la tocaba, el contacto parecía volverse más natural y necesario.

Al recobrar el aliento, ella preguntó:

—¿Por qué Tahj le enseñó estas técnicas secretas?

Él se encogió de hombros y se inclinó para deslizar sus dedos a través del agua, presionándolos contra la nuca.

—Porque yo tenía tiempo.

—¿Por qué?

—¿Acaso un hombre no puede haraganear?

—No puedo imaginármelo a usted haraganeando.

Él le echó una ojeada hacia atrás.

—¿Debería tomar eso como un cumplido?

—Como un comentario.

—Sospecho que tienes muchos de ésos.

Así era, otra de las razones por las que ella nunca encajaría en las esferas de la sociedad londinense, que se caracterizaba por su afectación y refinamiento. Tenía una tendencia a ser siempre franca y a decir lo que pensaba. Maxi le había contado que en Londres lo que se consideraba más atractivo en una mujer era la timidez y el recato al coquetear. A Lali todo eso le parecía tonto y sin sentido. Ella preferiría mil veces leer una novela interesante y discutir sus méritos que asistir a reuniones sociales donde el tema de conversación más interesante era la última moda. Se ahogaría en un ambiente tan restrictivo. ¿Cómo se podía vivir en un lugar donde no era posible ver el océano o aspirar el perfume del aire marino cada día?

—¿Distraída?

Al volverse, Lali se encontró con Peter contemplándola con expresión curiosa.

—Disculpe. Dejé vagar la imaginación.

—¿Te estoy aburriendo?

Aunque él acababa de darle un pretexto para marcharse, todo lo que ella dijo fue:

—No.

—Bien, porque he recolectado para ti una provisión de ostras como para toda una semana.

La mirada de Lali lo siguió hasta la roca donde ella había dejado su primera ostra. Ahora las ostras apiladas allí formaban una pequeña montaña. Sonrió.

—Ha sido usted muy laborioso, señor.

—Claro que sí, pero tengo mis motivos. Tengo la intención de convidarte con todas y cada una de ellas.

—No podría comer ni una tercera parte. Tendré que regresar después con un balde.

—Enviaré por ellas a Tahj. No quiero que bajes sola por esa cuesta; podrías caerte y partirte la crisma.

Por un momento,Lali se quedó mirándole sin decir nada, luego rompió a reír.

—Eso sí que absurdo. He explorado estos riscos desde que era una niña.

—Y alguien debería haberte controlado. Quizás hoy no serías tan temeraria.

—¿Se ha propuesto convertirse en mi padre? —preguntó ella incrédula, ya sin rastro de buen humor, debido a la actitud dictatorial de él.

—No regresarás aquí sin mí y esa es mi última palabra. ¿Entendido?

¿Cómo se atrevía a ser tan prepotente? ¿Quién se creía que era para darle órdenes de ese modo? Su amo y señor, al parecer. Y en su rol de sirviente, ella tenía que obedecer.

Asintiendo bruscamente, giró sobre sus talones y se alejó de él, con la intención de dejarle solo donde estaba de pie. Ahogó un grito al verle aparecer detrás de ella, con el sigilo de un fantasma.

Se puso rígida cuando él la abrazó.

—¿Acostumbra usted a coquetear con la servidumbre?

—Sólo con quienes me golpean —dijo él, rozándole el cabello con los labios.

—Eso explica por qué está usted completamente atontado.

Inesperadamente, él rió.

—Eres terrible, mi pequeña valquiria[1].

Lali detestaba la facilidad con que él podía derretirla.

—Déjeme en paz.

—¿Estás ofendida conmigo porque no quiero que te hagas daño?

—Sí —respondió ella con frialdad.






6 comentarios:

  1. mas porfavor ya quiero que intimiden estos dos me tiene loca espero le proximo grosa

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    1. Subi otro cap, y siento decirte que aun falta para que estos dos tengan algo enserio, auqnue inimidades hay unas pocas :)
      Gracias por firmar siempre (L

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  2. Muuuy bueno =)
    me encanta que lali se haga la dificil aunque al mas minimo rose se derrita =)
    me encanta la novela!
    espero mas
    un beso
    Juli♥

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    1. Me alegro de que te guste la nove, te aviso que ya suibi otro cap :)

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  3. Me encanta la nove! Es realmente buena!
    La sigo desde que la empezaste en flog y hasta hoy puedo firmar por que hoy me cree un blog! ;)

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  4. Me encanta como se histeriquean entre los dos, qe le siga explicando las tecnicas :P jajajaja bueno el cap. muy bueno :D

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