11.
Sus manos se estremecieron donde descansaban contra el duro,
musculoso torso, y se preguntó si debía moverlas. No. Si lo hacía, sus senos se
aplastarían contra el pecho de él, y no creía poder manejar la sobrecarga
sensorial. Le dolían los pezones por sentir su cuerpo liso y duro. Se moría por
sentir su caliente y hambrienta boca. Débiles recuerdos de la noche anterior se
acuñaron en su conciencia. La sensación de la erección de seda dura como el
acero entre sus muslos le trajo recuerdos de sentirlo enterrado profundamente
en el interior de su cuerpo mientras se movía lenta y deliciosamente para
complacerla. No. ¡Imposible!
“Tú no te casarías con alguien como yo”, espetó ella. “Eres
uno de los más misóginos, tercos, imposibles de arrinconar, podridos de dinero
solteros sobre la faz de esta tierra”. Bueno, eso había sonado bien. Lástima
que no la soltó.
peter rozó con los labios su garganta, siguió el movimiento
hacia abajo para probar su clavícula, luego un arrugado pezón rosado, su lengua
giró con avidez alrededor del pico hinchado mientras poco a poco movía su
cadera contra la de ella, frotando la polla por encima de sus doloridos
pliegues húmedos. “Me declaro culpable de los cargos”. El aliento caliente
sobre su pezón la hizo gemir. “Tengo que admitir, Sra. lanzani, que eres la
amante más impresionante que he tenido en mucho tiempo”.
“Tú, completo y total hijo de puta”, susurró cuando la hizo
rodar con más firmeza bajo él y acuñó las caderas entre sus muslos,
deslizándose profundamente en su interior con un duro y uniforme movimiento,
que llevó sus cuerpos a encontrarse,
provocándole un quejumbroso gemido de necesidad.
“¡Oh. Mi. Dios! Eso se siente tan condenadamente bien”. Su
mente se fundió bajo el ataque sensorial del grosor de peter lanzani, de su
pene totalmente decadente enterrada fuerte y profundamente dentro de ella,
empujando y saliendo con un acompasado e insistente ritmo que le hizo perder la
noción de lo que había estado diciendo. Ni siquiera era capaz de recordar su
propio nombre.
“Es posible que me detestes como jefe, lali lanzani”, dijo
con tono áspero mientras se conducía en ella una y otra vez, “pero como
amantes, encajamos perfectamente”. Su voz era un gruñido gutural en la garganta
mientras ella le envolvía las piernas sobre las caderas para tomarlo aún más
profundo, surcándole la espalda con las uñas a la vez que echaba la cabeza
hacia atrás y culminaba con un grito de placer, con el coño sujetándose
alrededor de su polla, tan caliente y ceñida que no podía sentir nada excepto
esa longitud llenándola.
Aferrándose a él, mientras seguía dirigiendo su exuberante miembro
dentro y fuera de ella, se preguntó si habría muerto e ido al cielo, o si
habría muerto e ido al infierno. Se sentía como en el cielo, pero el diablo no
podía ir allí, ¿verdad? Así que si peter lanzani estaba haciéndole el amor,
ella no podía estar en el cielo.
Montando la más decadente ola de placer orgásmico, lali se
arqueó para tomar cada deliciosa pulgada de ese cuerpo pétreo dentro de sí
misma y otro clímax alucinante la estremeció como fragmentos de vidrio
calientes.
Él siguió un poco más con esos poderosos embates antes de
impulsarse profundo y llegar con tanta fuerza que se le giraron los ojos. Yació
sobre su cuerpo dulce y suave con la cabeza llena de su exuberante aroma. El
olor a mujer, mezclado con el del embriagador y delicioso perfume preferido por
ella, esa esencia que lo había llevado a infernales sueños húmedos durante los
siete años anteriores. Lo único que le había impedido hacer algún intento desde
hace mucho tiempo atrás era el hecho de que las aventuras fugaces y ardientes,
invariablemente destruían las buenas relaciones de trabajo, y también el que
ella jamás hubiese hecho el más mínimo movimiento que se pudiera interpretar
como una invitación. Y peter lanzani no iba donde no era invitado.
Pero anoche, después de haber vomitado su extremadamente caro
champán, ella había admitido que a pesar de que no le gustaba ni malditamente
un poco, la indiferencia que le mostraba como mujer la cabreaba.
Así que, eso podría ser razonablemente interpretado como una
invitación. Él simplemente la había aceptado. Y, de paso, asegurado bajo llave
a su inestimable tesoro de asistente personal con un contrato de larga
duración. Por el miserable precio de un vestido original de alta costura, un
par de zapatos de mil quinientos dólares, un cuarto de millón en joyas y una
licencia de matrimonio de setenta y cinco dólares. No había sido una mala noche
de trabajo.
Para colmo, ella era completamente increíble en la cama.
Adorable. Deliciosa. Y cuando dichosamente se volvió a enterrar en su suculento
cuerpecillo caliente, se dio cuenta de una cosa más… tenía que conseguir que se
enamorara lujuriosamente y hasta los tuétanos de él. Porque tan cabreada como
estaba ahora mismo, podrían terminar en el tribunal de divorcios antes de que
acabase la luna de miel.
jajaja entonces peter la deseaba ya desde antes mmm.. jajaja Quiero mas noveeeee
ResponderEliminarMe gusta cuando cuenta peter lo que siente :)
Besoss
@porLali_ITALIA
El realmente la quiere como mujer o solo la quiere como asistente personal y aprovechar de vez en cuando un romance con ella???
ResponderEliminarsubiiii un cap mas hoy pliss :D
@lali_peterlove
ok, ahora me callo un poco mejor peter!
ResponderEliminarMuy buena la novela!
espero mas!
un beso
na me encanto el cap demasiado bueno subi mas porfavor genia
ResponderEliminarEstá buenísima la novee, sube más porfa! Antes no podía firmar porque estaba desde el BB, ahora sí! Saludoos.
ResponderEliminarCada vez se pone mejor la nove... me encanta
ResponderEliminarMe encanta!!!!
ResponderEliminarTienes una nueva lectora fiel en serio!!
Espero mas.
@Ione_es
oi me lei todos los capi y no me gusta tu nove me super encanta espero el proximo capitulo espero que sea prontoooooo
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