lunes, 20 de febrero de 2012

CONQUISTAR A LA DONCELLA CAPITULO 31

Chicas no les gusta ya la nove? no hay casi firmas....


31.

—Esusted una mujer extraña, señorita Purdy.

Su comentario la hirió. Ella ya sabía que erauna rareza.

—Sino le gusta a usted cómo soy...

—Oh,pero es que sí me gusta cómo eres —respondió él, acariciándole la piel con suspalabras—. Haces desear a un hombre domarte y capturar tu fuego para sí mismo.

—Nosoy un caballo salvaje al que se le puede poner un bocado. Soy...

—¡Infiernoy condenación! —maldijo él, y de repente ella dejó de sentir el calor de sucuerpo contra la espalda.

Preocupada, Lali giró en redondo.

—¿Quésucede?

Élse dejó caer sobre una roca, agarrándose el pie.

—Creoque algo me picó.

Lali se arrodilló delante de él.

—Déjemever.

Como él no quitaba la mano, le regañó.

—Nosea infantil.

Élarqueó una ceja, pero ella le ignoró y suavemente fue levantándole los dedos,uno por uno. Le tocó delicadamente la planta del pie y frunció el ceño.

—Yono veo nada.

Al levantar la vista, se encontró con un brillo divertidoen los ojos de él y supo que la había embaucado.

—¡Vaya!¡Qué hombre más odioso!

Peter rió y ella le salpicó deagua, mojándole la pechera de la camisa, lo cual le devolvió la seriedad deinmediato a la joven cuando su mirada bajó detrás de una gota que se escurriópor el pecho de él hasta desaparecer debajo de la tela.

La tomo de la barbilla, haciéndole levantar la miradapara encontrarse con la suya.

—Teníaque hacer algo para que volvieras a ser compasiva conmigo.

—Nojuega usted limpio.

—Losé. Pero es que eres increíblemente tentadora. —Él bajó la mirada—. Tienes lacamisa mojada.

Lali miró hacia abajo y sintió quele ardían las mejillas. Al salpicar agua no sólo había mojado la camisa de élsino la de ella, revelando la línea oscura de sus pezones erguidos.

—¿Puedoabrigar la esperanza de tener en ti el efecto que tú tienes sobre mí? —preguntóél.

Lali sabía que debía moverse, haceralgo, pero sus piernas se negaban a obedecerle. Todo cuanto pudo hacer fuesacudir la cabeza.

—Estono está bien.

—Seguroque se siente bien —murmuró él con voz ronca que la hizo estremecer, al tiempoque la cogía del brazo atrayéndola hacia sí, entre sus muslos. Peter abrió lapalma de la mano y le mostró un ranúnculo.

Lo deslizó por el contorno de lamandíbula de ella, para luego prenderlo detrás de su oreja. Después cogió lamano de la joven, haciéndole abrir los dedos para dejar ver varias ostras,apretadas y olvidadas allí.

Él hurgó en su bolsillo y sacó un cuchillito plegable. Haciendopresión donde se unían la juntura de la concha abriendo el endurecidoreceptáculo. Llevando hacia atrás la cabeza, dejó la ostra deslizarse dentro desu boca, deleitándose en ello de un modo que rayaba en lo pecaminoso.

Su mirada cargada de sensualidad bajó hacia la joven, de cuyapalma cogió otra ostra y la abrió. Esta vez se la ofreció a ella.

—Abrela boca.

Ella obedeció y él apoyó contra suslabios la concha húmeda y observó mientras ella sorbía la ostra. La sensaciónera la de estar compartiendo un acto íntimo y el modo en que él la contemplabahacía que ella sintiera una opresión en el pecho.

—Dicenque las ostras son afrodisíacas —murmuró él, acercándole otra más a los labios,la cual ella tragó obedientemente, con el aliento cerrándole la gargantamientras él se inclinaba para susurrarle al oído—: Le recuerdan al hombre laspartes más íntimas de una mujer. ¿Sabes a de qué partes hablo, cielo?

Lali sintió que se le secaba la bocay sólo atinó a menear la cabeza, absorta, mientras él echaba otra vez la cabezahacia atrás una vez más y con cuidado se metía a la boca otra ostra, un cuadroasombrosamente erótico, como la ligera sonrisa que curvaba las comisuras de suslabios cuando la miró.

Apoyó la palma contra la mejilla de la muchacha, tocándolesuavemente el labio inferior con el pulgar.

—Sabesque quiero hacerte el amor, ¿no es así?

—Sí—dijo ella, con voz apenas audible, sintiendo que el mundo conspiraba contraella mientras una suave brisa le recorría la piel, y un hilo de agua resbalabametiéndose en una grieta de las piedras, adormeciéndole los sentidos.

Sentía atracción hacia él y no pudo articular ni una solaprotesta cuando le rodeó la cintura con un brazo, acercándola hacia sí.

Ambos estaban húmedos del pecho para abajoy el agua que lamía cuanto los rodeaba sólo realzaba lo especial del momento.

La besó con insistencia. Ella podía reconocer el deseo y sabíaque eso era lo que sentía por él, como también era consciente de que debíarenunciar a esa sensación. Él era su tutor, el hombre a quien su hermano lehabía encomendado cuidarla, cuidar su virtud. Si él supiera quién era ella, nola desearía. Cuando ella finalmente se lo dijese, la detestaría.

Pero todas esas cosas parecían muy lejanas cuando élcogió su pecho entre las manos, enroscando su lengua en la de ella mientras leacariciaba un pezón con el pulgar.

Se sentía mareada, su mente giraba en emocionado deleite mientrasla languidez le invadía el cuerpo. No quería que las sensaciones se detuvieran.Y cuando Peter tomó entre las manos su otro pecho para sostener ambos en laspalmas de sus manos, apretándolos suavemente, ella se apretó contra él,deseándole aún más.

Élle sembró el cuello de besos haciéndola estremecer.

—Déjameenseñarte sobre el placer, Ángel. Te prometo que iré despacio. Pero necesitotocarte.

La levantó y ella instintivamenteenvolvió las piernas alrededor de la cintura de él, que se movió adentrándosemás en el barranco rocoso y en una aislada saliente, donde la tendió sobre lablanda arena, un ligero hilo de agua moviéndose contra la espalda de ella.

—¿Algunavez te han dado placer, cielo? —preguntó él, mientras lentamente ledesabotonaba la camisa, una camisola de niña que era todo lo que le impedíaverle los pechos desnudos—. ¿Alguien te ha saboreado alguna vez?

Lali sacudió la cabeza.

Élsonrió y apoyó las manos a ambos lados de la cabeza de la joven, bloqueando elsol con su cuerpo fornido, como fondo los dorados rayos, mientras bajaba lavista para mirarla con fijeza, sus largos cabellos oscuros cayendo haciadelante, los suaves mechones susurrando a través del pecho de ella mientras élsoltaba los lazos de su camisola y besaba cada centímetro de piel que ibadescubriendo, hasta...

La joven gimió y se arqueó hacia arriba,cuando él se llevó a la boca uno de sus pezones y empezó a chuparlo con fuerza.Ella podía sentir cada tirón, cada provocativa lamida de su lengua, más abajo.

—Erestan inocente, tan nueva en esto —susurró contra la piel de ella, mirándole altiempo que con la lengua trazaba un círculo alrededor del pezón. Los senossubían y bajaban al compás de la respiración agitada mientras él jugueteaba,lamiendo cada vez que el pecho se elevaba, lo cual hacía que ella no sintieradeseo alguno de exhalar—. Esto es todo lo que voy a hacer. Por ahora. Pero cadavez que vengas a mí, te enseñaré un poco más. ¿Quieres? —Formuló la preguntamientras atraía el pezón hacia el interior de su boca caliente y húmeda. Todocuanto Lali pudo hacer fue apretarse nerviosamente contra él—. ¿Te gusta lo queestoy haciendo?

Haciendo un esfuerzo por recobrar elaliento, Lali respondióen voz baja.

—Sí—palabra que fue un susurro hechizante.

Élhizo rodar los pezones entre el pulgar y el índice dándoles un ligero tirónantes de aliviarlos con su boca.

—Estásllena de pasión que apenas puedes contener. —Gimió profundamente cuando ellaelevó las caderas contra su cuerpo—. Lo sabes, ¿no es verdad? Instintivamentelo entiendes. Pronto, cielo. Cuando estés lista para mí. Por ahora, todo cuantodeseo hacer es vivir y respirar el placer que puedo darte.

Dibujó con la lengua el contorno de los labios de ella. Élsabía a mar y a avidez. Las bocas se fundieron con carnal abandono, separándosesólo para buscar un nuevo ángulo, cada aliento entrecortado naciendo y muriendoen la boca del otro.

Tomando ambos pechos entre las manos,los levantójuntándolos para que su boca y lengua dejaran una húmeda senda entre lassensibles cimas. Como una saeta, la sensación llegó abajo, al centro de sufeminidad, encendiendo de rubor el cuerpo de la joven.


6 comentarios:

  1. Me encanta la novela!
    esta muy buena
    un beso!

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  2. Una de las cosas que me di cuenta es q no tenes la opcion de anonimo para comentar... estaria bueno q la pusieras asi el q no tiene blog puede firmar...
    un beso

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    1. gracias por pasarte y por el dato ahora mirare si lo puedo cambiar, en unos minutos les subire nove

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  3. Me encanto!
    La novela es buenísima!
    Tantas cosas han pasado en ese solo día que no se q pensar de los días que se viene en la nove!
    De acuerdo con LovexLaliyPeter! Por lo mismo me toco crear este blog!
    Besos

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  4. Hola! Ahora que ya me puse al día en la nove te puedo firmar!
    Está buenísima, me encantaaaa, espero el sgte. cap
    Besoos

    @jeissymori

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  5. Me encanto este cap y la nove!! estan buenisimos qe sigan asi :D <3

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